Me pedía el nombre de mi secretaria y su mail. Y la pregunta salta sola: ¿tiene que ser necesariamente UNA secretaria?
Cuando se habla de lenguaje de género podemos encontrar planteamientos extremos, seguramente de difícil aplicación o generalización, pero también algunos criterios en los que sí hay que ser muy exigente ya que suponen una discriminación o el refuerzo de unos valores o un imaginario de otros tiempos pasados.
Afortunadamente hoy estas expresiones ya sorprenden tanto que quien las utiliza ya queda marcado como anticuado, poco sensible, etc. Salta tanto a la vista que estoy seguro que es una pifia que se les ha colado. En todo caso, no he dejado de hacerselo notar educadamente (como creo que deberíamos hacer siempre para acelerar la toma de conciencia).

PD: Al cabo de unas pocas horas me han indicado que lo corregirán. Es agradable saber que las propuestas de mejora realizadas por un usuario son recibidas positivamente y generan cambios internos en las organizaciones.
PD2: Al cabo de unas semanas ya hemos apreciado que el cambio efectivamente se ha producido, como se puede ver en el recorte adjunto.
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